México y su camino hacia energías renovables

La energía solar cobra fuerza en México y las expectativas de crecimiento la ubican por encima de su más cercana competidora como lo es la energía eólica. Según estimaciones de la Secretaría de Energía de este país, el sector fotovoltaico estaría registrando un crecimiento anual del 29 por ciento contra un 12 por ciento de la eólica.

Para que tengan una dimensión del crecimiento solar en México, la SENER calcula que las hidroeléctricas sólo registrarían un crecimiento del 1.4 por ciento en promedio y aunque siguen siendo las de mayor presencia en el territorio, también es cierto que son otras fuentes las preferidas en el futuro inmediato. México, actualmente, cuenta con 100 centrales hidroeléctricas, 38 plantas de energía eólica, ocho plantas de energía geotérmica, 17 de energía solar, 75 de bioenergía y 21 de cogeneración eficiente.

Qué le toca a la energía solar

Estas 17 estaciones fotovoltaicas activas en México representan el uno por ciento de la capacidad instalada y el 0.05 por ciento de la energía eléctrica que consumió el país durante 2016. Cifra, que para el 2017 podría aumentar cuando nuevos proyectos se sumen en el conteo del medidor. Trina Solar, forma parte de ese desarrollo donde, uno de estos nuevos desarrollos, por citar un solo ejemplo, es el huerto solar “Jalisco 1” que desde abril de este año produce 8MW.

El Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell anunció que las subastas vienen sumando buenos números al panorama energético en México y con las cuales se podría dejar, como resultado inmediato, más de 50 nuevas plantas de energía solar fotovoltaica para el Estado.

Trina Solar calcula que hoy tiene más de 50MW de paneles instalados en toda la república mexicana y que traen al país un incremento importante si se toma en cuenta el acelerado proceso de instalación y la conversión al modelo fotovoltaico que permite proyectar, hacia el 2050, que la mitad de la energía que se consuma en México provenga de fuentes limpias. 

Estas cifras se sustentan en el crecimiento de inversiones público-privadas afianzadas en incentivos y en un marco jurídico que resulta muy atractivo para el desarrollo renovable.

Actualmente la mayoría de los campos solares de México se concentran en Baja California Sur, Estado de México, Chihuahua y Durango.